Hay mujeres que quieren ser princesas y pasearse en una carroza.
Otras prefieren ser leones, y rugir en la selva.
Unas quieren un príncipe azul. Otras se apañan muy bien solas.
Solteras, casadas, viudas, separadas…
El estado civil es lo de menos.
Ya hace tiempo que se acabaron los cuentos.
Las cenicientas y los zapatos de cristal.
No necesitan hombres que las hagan felices.
Porque son ellas las que crean su propia felicidad.
Da igual tener veinte años o cincuenta.
Lo importante es vivir, reír, soñar, disfrutar.