Viernes noche. Un par de cervezas compartidas con amigos al salir del trabajo. Un paseo con la perra. Infinidad de pensamientos pululando por mi cabeza. Nada nuevo. Otro día.
Categoría: Misceláneas
Un día cualquiera
Hoy me he levantado a las 6:15 de la mañana. Sin necesidad. Podría haberlo hecho perfectamente un par de horas más tarde, ya que aún me quedaban tres horas para entrar a trabajar y vivo al lado de mi trabajo. Pero el insomnio es lo que tiene. Y estar en cama despierto ¿para qué? En compañía es diferente.
Manchas y recuerdos
Hoy el día está caluroso y he decidido vestirme la camisa de lino blanca. Hace tiempo que no la uso y cuando he ido a ponérmela he visto una mancha sobre el bolsillo izquierdo. Parece ser que el lavado de la lavadora no fue suficiente para quitarla.
Feliz no-cumpleaños
Hoy sería tu cumpleaños. Pero ya no estás, así que no hay nada que celebrar. Tu primer no-cumpleaños. Otra primera fecha señalada sin ti. Otra de tantas que ya pasaron y de las que aún faltan por pasar. Todas esas primeras veces sin ti que voy pasando, poco a poco. Con el paso lento y el corazón encogido.
Labios rojos
Hoy me he pintado los labios de rojo. No por nada en especial. Es un día normal. He ido a trabajar y cuando salí de casa estaba lloviendo. Me he levantado muy temprano, como siempre, después de otra noche de insomnio.
Que no se enfríe el café
Antes de que amanezca estoy sentada ante el portátil contestando a un correo electrónico que tengo pendiente hace días. En casa reina el silencio. La ciudad dormida aún. Y el mundo parece que no gira.
Insomnio
Hace mucho tiempo que duermo mal. Demasiado ya. Digo, simplemente, que duermo fatal. Pero en realidad me temo que padezco insomnio, aunque no quiera reconocerlo. A veces me niego a llamar a las cosas por su nombre. Supongo que si le das nombre a una enfermedad, tienes que tratarla.
Capicúa
Hoy tenía ganas de escribir algo en el blog, pero no tenía nada interesante que decir. Ni una historia que contar. Pero, de pronto, el número de entradas publicadas saltó ante mis ojos diciéndome algo. 969. Esa es la cantidad de entradas que he publicado desde que abrí este espacio hace ya algo más de cuatro años. 969. Número capicúa. Y además, impar. Ya sabéis que tengo una especie de obsesión con eso de los números impares.
Luna llena
(Imagen de Pixabay)
Esta mañana cuando salí de casa aún lucía la luna en el cielo en todo su esplendor. Pero estaba incompleta. Ha comenzado a menguar y parte del lado derecho permanece ya oculto. Como si estuviese mutilada. Así me sentí yo al verla, como si me faltase algo, un pedacito para brillar como la luna llena, esa que me embriagó hace apenas unos días.
Así para siempre
Apoyas tu cabeza sobre mi vientre y con el brazo rodeas mis muslos. Tu boca casi roza mi vello púbico y con tu aliento lo refrescas. Yo acaricio tu cabello con la mano derecha mientras en la izquierda sostengo un cigarrillo. El cigarrillo de después.