Sigo sin conseguir que de mi pluma mane un cuento, un relato corto o un poema. No me sale nada medianamente decente. Pero, para llevar la contraria, tengo unas ganas locas de escribir. Siento que cuando voy por la calle la gente me ve con un bocadillo sobre mi cabeza como en un cómic o con subtítulos como en las películas, porque en mi cabeza no paro de hablar y escribir. Pero nada productivo, no me lo explico. Así que estos días, como siento fervorosamente ese deseo incontrolado de escribir, me pasaré por aquí para contar cualquier chorrada que se me ocurra.
Categoría: Misceláneas
1 de marzo
Hoy ha empezado la semana y el mes al mismo tiempo. Es algo inusual y, en cierto modo, reconfortante. Febrero ha sido un mes redondo. En el más estricto sentido de la palabra. Ha tenido sus cuatro semanas, que han empezado un lunes y han acabado un domingo. Eso casi roza la perfección. Y eso que febrero es un mes que no me gusta nada. Es el más corto del año y a mí es el que se me hace más largo.
Una de cal y otra de arena
Suelo decir (y cada vez con más frecuencia) que la vida nos da una de cal y otra de arena. Sin duda, es cierto. Y esta última temporada está siendo así. Ayer, sin ir más lejos, fue un día de muerte y de vida, de alegrías y de tristezas, de llantos y risas, de celebración y de recogimiento, de regalos esperados e inesperados… Y todo en ese corto intervalo de 24 horas…
No tentemos a la suerte
Sueño muy a menudo. Pero no me refiero a tener sueños en plan deseos de alcanzar algo, sino a los sueños en sí, esos que se producen en la fase REM. Hoy me he quedado traspuesta en el sofá después de comer. Es lo que tiene pasar malas noches, que luego las siestas son necesarias. Y mientras me echaba esa cabezadita reparadora, tuve un sueño muy raro. Los chinos decían que iban a controlar el clima. Así, como si dándole a un botón eligieran lluvia o sol. A mí, la verdad, ese sueño me parecía más una pesadilla que otra cosa.
Yendo y viniendo
Hoy no tenía pensado escribir. Porque, realmente, no tengo nada interesante que decir. Podría hablar de lo mismo de lo que hablan los informativos los últimos días, los disturbios en varias ciudades desde que ha entrado en prisión el rapero ese… pero, sinceramente, creo que no merece la pena. Además, no tengo ganas de cabrearme ni ponerme de mal humor. No me compensa. Prefiero, como ya he dicho hace unas semanas en otra entrada, vivir en la inopia. Así que yo a lo mío.
14-F
Hoy es, supuestamente, un día de celebración. San Valentín. A mí no me produce especial ilusión y hace ya muchos años que he dejado de celebrarlo. No porque no tenga pareja con quien hacerlo, pero ya después de 25 años, hay que ser consecuente. Que el día de los enamorados quizá tenga su gracia al principio de una relación. El primer año quizá, o un par de ellos más, pero cuando te das cuenta de que no es más que una celebración con un fondo básicamente comercial, no tiene sentido. El amor hay que celebrarlo siempre (siempre que se quiera y se pueda), no un día por imposición. Así que no estoy yo muy por la labor de hacerle la pelota a Cupido.
Presente
Es curioso qué difícil nos resulta vivir el presente. Debería ser la única opción y, sin embargo, termina siempre siendo la última. Nos pasamos la vida danzando entre el pasado y el futuro. El aquí y el ahora cuesta. Añoramos el pasado, soñamos con el futuro, pero no vivimos el presente.
De TOC y falsa tranquilidad
Me he dado cuenta -muy a mi pesar, he de decir – de que con el paso de los años mis manías se van acentuando. Algunas son auténticos “TOC” de manual. Y me irrita reconocerlo, pero soy consciente de que a estas alturas ya será muy difícil cambiarlo.
Las patas sobre la cama
Missy era especial. La gata más guapa. La más lista. La más cariñosa. Casi formaba parte de mí.
Los cotillas del WhatsApp
Hoy vengo aquí a despotricar. A rajar. Y, probablemente, a decir groserías y palabras malsonantes (pido disculpas de antemano a los que pueda ofender). Que para algo este es mi blog… ¡qué coño! (¿veis? ya me salen los tacos). Es lo que tiene llevar toda la semana con los nervios a tope y sin dormir. Así que la cabeza no para y vienen pensamientos de todo tipo.