Llevo tres noches durmiendo en medio de la cama. He traspasado esa fina línea. Incluso he ocupado el lado derecho con mi pierna o con mi brazo. No sé si mi subconsciente esperaba que tú me empujases hacia mi lado de la cama, o realmente me está diciendo que la cama es toda mía, que ya no volverás a ocupar el lado derecho. Ya no debo mantenerme en el izquierdo.
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Un fin de año claustrofóbico #Reload
ROSA LIÑARES Se volvió a mirar en el espejo de la entrada antes de salir. Sin duda, el vestido de lentejuelas multicolor que se había puesto para despedir el año era espectacular. Aunque solía llevar por bandera el lema de «menos es más», de vez en cuando le gustaba ser la «reina del glam».Metió las […]
Un fin de año claustrofóbico #Reload
A falta de inspiración… recordemos relatos.
Tener la razón
¿Qué es algo que todo el mundo quiere pero en realidad no sirve para nada…?
La razón.
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«El matrimonio de los peces rojos» de Guadalupe Nettel
TÍTULO: El matrimonio de los peces rojos
AUTORA: Guadalupe Nettel
EDITORIAL: Páginas de Espuma
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Frío y calor
Sentada en el bordillo de la acera apuraba su último cigarrillo. Había fumado demasiado ya esa noche y el olor a tabaco parecía impregnarlo todo, su ropa, el aire y hasta su piel.
And the winner is…
Resultados del Cupón Diario del martes, 1 de septiembre de 2020

Tu tren
El tren está a punto de partir. Tengo que bajarme.
Sólo he venido a despedirte. Tú tienes tu billete. Yo ni siquiera sé a dónde quiero ir.
Escucho el silbido del tren anunciando la salida. Es tarde.
Me dirijo a la puerta y me agarras del brazo. Me suplicas que no me baje. Que me vaya contigo. Pero sé que este tren no es el mío.
No viajaremos en el mismo vagón. Al menos hoy.
Yo me quedo. Tú ve tranquilo a tu destino. Esperaré tu postal.
Balones que botan… y rebotan
Ya está el vecino otra vez jugando al baloncesto. Hoy parece que está enfadado. Lo noto por cómo bota el balón. Con furia. Quizá haya discutido con su novia. O con sus padres. O se ha cabreado con algún amigo. Puede haber tenido un mal día en el trabajo. No sé si estudia o trabaja. En realidad, apenas le conozco.
Sin hacer nada
Entre dimes y diretes se nos acabó el tiempo. Entre lo que tú me decías, lo que yo te dije y lo que dejamos sin decirnos, se perdió la cordura, el enfoque y toda una historia.