¡Sorpresa!

Fiesta muñecos

El pasado sábado celebré mi cumpleaños. En principio,  no tenía intención de hacer una gran celebración porque no suelo hacerlo y, aunque la mayoría de la gente considere que los 50 hay que celebrarlos, yo no lo veo diferente a cualquier otro cumpleaños. Además, era número par, que ya he comentado más veces que no me gustan y sólo celebro los impares, así que no tocaba.

El plan era salir a cenar y tomar unas copas con unas amigas. Pero una no es tonta de todo y sospechaba que estaban tramando algo. Imaginaba que alguien más aparecería en esa cena, pero no sabía exactamente quién. Más o menos, el grupito de siempre, pero… La sorpresa fue mayúscula cuando me encontré con gente que ni imaginé. No contaba con varias personas y fue muy gratificante verlas allí.

Sin duda, fue una sorpresa en toda regla. Una grata sorpresa. Y eso que no soy yo de esas personas a las que les gusta que las sorprendan. Porque lo que puede traer consigo una sorpresa puede ser algo maravilloso o también nefasto. Es un arma de doble filo. Y, no sé, no me siento yo muy cómoda siendo sorprendida, la verdad. Pero en esta ocasión fue genial.

Aunque suelo ser una persona extrovertida, soy también muy tímida. Y ser el centro de atención es algo que me incomoda bastante. Así que una celebración en la que soy la protagonista no es precisamente algo que me entusiasme. Pero, como dicen en mi tierra: «si no quieres una taza de caldo, toma dos»… Porque si ya tenía que sufrir la vergüenza de que todos los ojos de mis amigos se centrasen en mí al menos por unos instantes (y tampoco es tan grave, porque son mis amigos), coincidió que en el mismo restaurante había otra cena con un número considerable de personas que, además, también me cantaron el cumpleaños feliz, me ovacionaron y me aplaudieron. Lo bueno es que eran de un gimnasio y el monitor me ofreció un mes gratis… jajaja.

Creo que ya he comentado por aquí más de una vez que soy afortunada de tener la gente que tengo a mi alrededor. Y lo mantengo. Y lo repito, una y mil veces. Amigos y familia que valen un mundo. Y que se lo curraron para hacer que yo tuviese un día especial. Y me emocionan cuando dicen «te lo mereces». Porque sí, porque todos merecemos cosas buenas de vez en cuando, que las malas ya vienen solas y yo llevaba unas cuantas…

La verdad es que fue una celebración divertida. Comí, bebí, reí, bailé… Y las horas pasaron y seguía de fiesta como cuando tenía 20 años. Y regresé a casa cuando ya hacía horas que se había hecho de día. Con la sonrisa puesta. Y el cuerpo de recién estrenada cincuentañera algo cansado pero contento. Con alegría. Y la sensación de que tampoco es tan malo ser protagonista por un día.

4 comentarios en “¡Sorpresa!

  1. Soltando lastre

    Mañana mi hermano pequeño cruce también esa cifra de los 50 y también se lo merece y leer como lo has descrito has de sentir que la vida merece la pena y que estamos rodeados de personas que nos quieren y nos quieren sorprender aunque solo sea para hacerlo bonito uno de todos esos días que paseamos por la vida. Enhorabuena

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  2. Primero Felicidades con algo de retraso ✨😘 Segundo no sabes como te entiendo. En mi cumple fui a comer con un pequeño grupo de personas y mi hijo advirtió en el restaurante, que a los postres sacaran una pequeña tarta con una vela para cantarme el cumpleaños feliz. Y me gustó mucho. Pero cuando vi como todos los comensales del restaurante que es pequeño, comenzaban a cantar también, sentí una enorme felicidad. Ahhh en mi caso fueron algunos años más que los 50 😂 Pero lo disfruté mucho. Un abrazo.

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