Hace días que no me paso por aquí y esta vez no es porque no tenga nada que contar. Al contrario. Tengo novedades. Y buenas. Sólo que en esta ocasión he preferido contarlo después de que haya pasado, para evitar que la mala suerte o mi querido amigo Murphy lo echasen todo a perder.
Autor: lallavedelaspalabras
El cielo y yo
Ayer disfruté otro de esos amaneceres espectaculares. El cielo se cubría de nubes esponjosas a través de las cuales se filtraba la luz del nuevo día. Una visión impresionante. Algo realmente bello. Con esa imagen no podía empezar mejor el día. Y menos mal haber podido disfrutar el momento, porque luego fue todo cuesta abajo. Seguir leyendo «El cielo y yo»
Amaneceres
Esta mañana he tomado mi primer café del día en la terraza, viendo amanecer. Sentada en mi banco de madera pude observar durante unos minutos cómo el sol iba asomando. Todo un privilegio. No concibo mejor forma de comenzar el día (o sí, tal vez… pero esa sería otra historia).
El viaje
Hoy el Google fotos me ha recordado dónde estaba yo hace un año. Y esas fotos me transportaron a un lugar y un momento muy concretos. Me recordaron un pequeño viaje que hice, que, aunque fue pequeño por el tiempo que duró, fue grande por lo que significó. En aquel momento no imaginaba que ese sería el comienzo de mi nueva yo.
De puntillas
Nos levantamos de la cama, cada uno por su lado, y a los pies nos encontramos de nuevo. Todavía desnudos y con la piel ardiente. Con mis brazos rodeo tu cuello y me pongo de puntillas para besarte suavemente en los labios. Permanecemos así por más tiempo del necesario, ese que nunca nos llega a nada porque la vida nos interrumpe.
A toda prisa
Esta mañana casi me atropellan. Por suerte, mi buena costumbre de mirar siempre antes de cruzar y extremar las precauciones en los pasos de peatones, sirvió para evitar salir volando por los aires tras impactar con un coche apurado. Suelo ser muy prudente cuando cruzo. Mis amigos se ríen de mí porque no cruzo un semáforo en rojo aunque no se vea ni un coche en 300 metros a la redonda. Y siempre les digo: «quizá algún día muera atropellada, pero no será por mi culpa…».
Retos
Hace unas semanas me apunté a un reto literario. Era la tercera vez que me presentaba. En el 2021 me presenté y, aunque no gané, resulté ser una de las elegidas para formar parte de la antología que se publicó. Compartí el relato en dos entradas (aquí y aquí). Volví a intentarlo el año siguiente y no hubo suerte.
La primavera la sangre altera
Nunca me había parado a pensar demasiado en el famoso refrán, pero últimamente da vueltas en mi cabeza. ¿Es cierto el dicho? Pues resulta que sí. Comprobado. El aumento de las horas de luz y el clima primaveral pueden causar desajustes en ciertas hormonas y neurotransmisores, lo que puede hacernos sentir eufóricos o todo lo contrario (lo cual me hace pensar que yo vivo en primavera todo el año…).
Amistades de trastienda
(Imagen de Hansuan_Fabregas en Pixabay)
Ayer leí una entrada en otro blog que me dejó tocada. Algo en lo que hasta ahora no había pensado nunca explotó en mi cabeza. O, quizá sí lo había pensado, pero hasta ahora no había sido consciente de ello.
Decepcionarse o no
Hoy, en esta entrada mi amiga Moly me ha recordado esta otra mía que escribí el año pasado. De pronto vinieron un montón de recuerdos a mi cabeza, y se agolparon otro montón de sensaciones y pensamientos pujando por salir. Mientras me duchaba esta mañana pensaba en ello.