TÍTULO: Peluquería y letras
AUTOR: Juan Pablo Villalobos
EDITORIAL: Anagrama
SINOPSIS:
Esta podría ser una novela picaresca, aunque, según las recepcionistas de la clínica de gastroenterología donde al protagonista le practican una colonoscopia, bien podría ser una novela negra, con misterios intrincados, accidentes macabros, pruebas incriminatorias y dos sospechosos nada comunes: una peluquera bretona de pasado oscuro y un vigilante de supermercado obsesionado con escribir el testimonio de sus experiencias en la vida. Lo peor es que el protagonista ni se lo imagina, porque está demasiado preocupado por las consecuencias de la felicidad, ese sopor embriagador tan agradable que le hace temer haber caído en la trampa del aburguesamiento.
Suele repetirse que no hay literatura después de un final feliz, que la «buena literatura» no es una literatura feliz. La felicidad es banal, superficial, frívola, carece de conflictos. Y sin conflicto, se dice, no hay literatura.
¿Será de verdad imposible escribir una novela feliz sobre la felicidad? ¿Una novela profunda y al mismo tiempo frívola, transcendental y banal, un relato gozoso que no se pura evasión egoísta? El protagonista de esta historia no está seguro e intenta descubrirlo con la ayuda de su familia; en cuanto al autor de estas páginas, sospechamos que necesita creer que sí.
Juan Pablo Villalobos despliega su característico humor inteligente, su perspicacia de observador, su capacidad para descubrir lo extraño en lo cotidiano. Y escribe una novela a la luz de la alegría, la ternura o el optimismo. Una novela sobre el amor, la vida familiar, el dinero, el éxito profesional, la rutina, el futuro, la salud y el sentido y la utilidad de la literatura en tiempos de resentimiento y odio.
MI OPINIÓN:
Buscaba algún libro de humor y en una de las casetas de la feria me recomendaron este. No puedo decir que sea desternillante, pero sí tiene algunos pasajes humorísticos y el protagonista tiene cierto toque sarcástico que me gusta. No es quizá tan divertido como me esperaba, pero sí muy entretenido. Una lectura muy amena. Me lo leí en el trayecto de un viaje en tren.
El autor siembra la duda sobre si él mismo es el propio protagonista de la novela. Podría ser, pero seguramente no. Como él mismo dice al comienzo: «Nada en este libro es cierto, salvo lo que sí.»
Juega un poco con el lector a que intente adivinar qué hay de cierto y qué de ficticio (seguramente todo sea pura ficción, pero siempre nos quedará esa duda de si está contando alguna anécdota personal).
El protagonista es un escritor que intenta contar una historia de cotidianidad. Y a veces los que nos dedicamos a escribir, sea de una manera u otra (profesionales o simples aficionados), contamos historias que pueden ser inventadas simplemente para camuflar algo real. El caso es saber de qué forma contar la historia.
Me ha gustado especialmente esa forma anecdótica de narrar lo que puede ser la vida cotidiana de un escritor. Con ese toque irónico, capaz de pasar de una cierta soberbia a la total humildad.
A pesar de no ser de lo mejor que he leído últimamente, sí ha sido una lectura acertada. Entretenida y divertida, que es lo que buscaba, sin más pretensiones.
Mención aparte la forma de narrar del autor, con una agilidad maravillosa.
Lo leeré. Gracias.
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