«La culpa la tuvo Eva» de Alicia Domínguez

TÍTULO: La culpa la tuvo Eva

AUTORA: Alicia Domínguez

EDITORIAL: Olé libros

SINOPSIS:

¿Qué tienen en común un ranchero australiano que se ve obligado a abandonar su tierra por la sequía con un inmigrante ecuatoriano cuya vida se quebró por culpa de un desgraciado accidente? ¿O una auditora cuyos escrúpulos le impiden falsear las cuentas de una multinacional con un oficinista cuya vida gris se ve alterada por la adquisición de un callicida con el que establece una relación casi erótica? ¿O una víctima de violencia de género que se siente obligada a ayudar a su maltratador, aun a riesgo de su vida, con una superviviente del desastre de Chernóbil? ¿O una enana, convertida en mujer bala, con un yonqui que urde un plan para desvalijar la casa de una anciana? ¿O una enferma de cáncer ávida de vivir su último viaje a Nueva York con un médico de un CIE en lucha entra lo moral y lo legal? ¿y todos con Eva, la primera mujer? Tal veza nada o tal vez todo… Un todo basado en ese supuesto pecado original que nos hizo libres, aun a riesgo de sufrir.

MI OPINIÓN:

Este libro ha sido mi primera lectura del año. Me llegó justo el 31 de diciembre, lo cual me alegró la jornada, y al día siguiente lo comencé, para empezar bien el año nuevo.

No sé si lograré ser imparcial, porque soy fan de Alicia (como escritora y como persona).

El libro consta de 21 relatos. Todos diferentes, pero con un nexo en común. Tomar decisiones… unas veces acertadas, otras no tanto. Ser libres para elegir.

Narra situaciones tristes, duras, crueles, tiernas. Un poco de todo. Pero cada relato está escrito con una prosa maravillosa. Alicia sabe escoger siempre las palabras adecuadas. Y todo lo escribe bonito. Su lectura es amena, sencilla y deliciosa. Y logra tocar la fibra. Confieso que el final de alguno de los relatos me ha dejado con la lágrima asomando.

Nos describe estupendamente el entorno, lo que se ve. Pero también lo que no se ve, los sentimientos de los personajes. Prácticamente podemos sentir lo que ellos sienten. O, al menos, entenderlos.

El libro es pequeño y los relatos cortos. Podría leerse en un soplo, pero yo reconozco que me he tomado mi tiempo y he tardado varios días. Me obligué a leer sólo dos o tres relatos por día, para saborearlo mejor, a sorbos, y que me durase más tiempo. Porque me daba pena que se acabara.

Sin duda, es un libro que recomiendo. Aunque conozco gente que no le gustan los relatos cortos, que prefieren las grandes novelas, creo que es un género al que vale mucho la pena darle una oportunidad. Y cuando están tan bien narrados, todavía más.